Ese día cumplía diecinueve años, debería estar feliz, pero no podía porque sabía que era cuestión de semanas para que la casaran con Vladimir. Solo con pensarlo sentía asco; las leyes, ni hablar de leyes, ¡eran un asco! No podía presentarse a una comisaría y denunciar, ya era mayor de edad, seguro los oficiales le dirían que busque como trabajar, pero por lógica, para salir al mundo necesitas una red de apoyo o algo de dinero, porqué sino, dónde viviría, en la solicitud de trabajo, que dirección pondría, le era imposible todo, o al menos así lo sentía."América, ya no eres una niña, ya eres adulta" —se recordaba a sí misma todo el tiempo y era verdad, ya no era una niña, pero debía repetirlo porque en ese momento se sentía como una cría en cautiverio, porque era una adulta, pero una con muchos problemas, sin dinero y chantajeada por su madre.Sentía que el mundo estaba de cabezas, que no debía ser posible que una joven se casará con un señor qué cuando ella nació, él ya tenía cincuent
Leer más