Era el día de graduación de la universidad de Peter y su hijo. Jessy se despertó con la alarma del celular vibrando debajo de la almohada. No quería salir de la cama, recuerda aquellos días de escuela, pero una diferencia que ahora sentía el cuerpo pesado y el estómago revuelto. Se levantó con esfuerzo y fue directo a la cocina. Preparó café, huevos revueltos y unas tostadas. Ethan cayó con el cabello despeinado y la mochila colgando de un hombro.—Gracias, mamá —dijo él, sentándose a la mesa mientras devoraba el desayuno.Jessy se sintió débilmente, sirviéndole jugo.— ¿Se van de fiesta al terminar la graduación? ¿Seguro que no quieres que vaya?—La ceremonia solo es hasta las seis. Luego vendré a casa y coordinaré con los chicos a que discoteca ir a celebrar. Ahora voy con mi novia a elegir el traje y los zapatos. Y a pagar la sección fotográfica. Tú te ves muy mal, descansa.Ella ascendió, intentando que su rostro no mostrara el nudo en su estómago al escuchar ese nombre. Ethan ter
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