No esperaba lo contrario, cuando en su casa, le dijeron que lo que decidió estudiar, no lo aprobaban.No hubo lágrimas que le alcancen, para calmar su impotencia.Controlaban sus actividades, y ella tuvo que postergar por un año sus estudios.La que la alentaba, era Margarita, ya que, en su taller, le hizo cargo del sector de costura, y la diferencia monetaria, se la abona en efectivo, porque la mujer estaba segura de que, en su casa, le sacaban hasta el último peso que figuraba en su recibo de sueldo.Mientras tanto, Alejandro seguía con su vida, trabajando en la clínica principal de la ciudad, esa clínica era exclusiva para militares (Y sus parientes a cargo) de las tres fuerzas armadas del país, es decir, tierra, aire y mar.Afianzó su amistad con Germán, que más que su custodio, parecía su sombra.Ellos se sentían libres, ya que, a pesar de sus actividades profesionales, no dejaban de lado sus salidas y sus distracciones.Muy esporádicamente, los citaban para redadas o alguna acti
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