VanessaCuando salgo del casino, me dirijo hacia mi casa. Subo a un taxi y le doy la dirección al conductor. Me siento un poco nerviosa, sin saber exactamente por qué. Por suerte, no vi a ese hombre que tanto me pone de los nervios y me hace sentir tan mal. Creo que, después de todo, ya debe haberse rendido al ver mi rechazo.Sin embargo, al llegar a casa, un mal presentimiento me sacude. Me sorprende ver la puerta entreabierta y algunas cosas tiradas en el suelo. Mi corazón empieza a latir con tanta fuerza que siento que me voy a desmayar. Sin pensarlo, entro corriendo. Veo la mesa volcada, los cubiertos esparcidos por el piso.—¡Papá! —empiezo a gritar, sofocada—. ¡Padre!Pero no hay respuesta. Busco con desesperación, y entonces veo una nota sobre la mesa. Mis manos tiemblan al tomarla. Siento que mi corazón retumba como una locomotora cuando leo las palabras escritas con una caligrafía que me hiela la sangre:> Si deseas ver a tu padre con vida y sano, te espero decidida en estar

VanessaMe quedé sorprendida al verlo agitado, atrapado en lo que claramente era una pesadilla. Se retorcía levemente, con el ceño fruncido y la respiración entrecortada, como si sus propios demonios lo persiguieran en sueños. “Seguramente su mente lo está traicionando, como él mismo es tan malo”, pensé con el corazón latiéndome a mil.Me acerqué y lo moví suavemente, pero seguía en su mundo de terror. Volví a sacudirlo con un poco más de fuerza hasta que, de repente, se incorporó de golpe, mirándome con los ojos desorbitados, confundido.—¿Estás bien? —pregunté sin pensarlo. Ni yo misma entendía por qué me preocupaba por alguien que me retenía a la fuerza.No respondió. En cambio, se cubrió el rostro con ambas manos y luego se levantó, caminando directo al baño. Aproveché el momento para buscar la navaja que me había quitado antes, revisé rápidamente bajo la cama, entre las sábanas, pero no la encontré. Mis ojos se detuvieron en un tenedor que descansaba sobre la mesita de cristal ju

VanessaQuería llorar, gritar ante esta locura. ¿Cómo era posible que mi vida cambiara de una manera que jamás imaginé en mi existencia? Estoy a punto de casarme a la fuerza, amenazada por un loco que lo único que quiere es tenerme como su jueguito sexual. Seguro que, cuando se aburra de mí, quizás hasta me mande a matar, o quién sabe. Bufé, exasperada. La mujer que me está preparando está callada y seria; parece un jodido robot, y yo no sé qué hacer. ¿Cómo podré escapar si hay un montón de hombres custodiando el maldito lugar? Seguramente, solo muerta.—Ya puede verse en el espejo, señora.La miré con el ceño fruncido. ¿Acaso me veo como una señora? Sí, claro… ahora que seré la esposa de ese energúmeno, me llama “señora”.Miré mi reflejo en el inmenso espejo del vestidor. Me veía realmente diferente, parecía una princesa. Si hubiera sido una boda por amor, sería la mujer más feliz del mundo. Sin embargo, siento como si fuera un funeral; estoy muriendo en vida.—¿Le gusta cómo está ve