Vanessa

Quería llorar, gritar ante esta locura. ¿Cómo era posible que mi vida cambiara de una manera que jamás imaginé en mi existencia? Estoy a punto de casarme a la fuerza, amenazada por un loco que lo único que quiere es tenerme como su jueguito sexual. Seguro que, cuando se aburra de mí, quizás hasta me mande a matar, o quién sabe. Bufé, exasperada. La mujer que me está preparando está callada y seria; parece un jodido robot, y yo no sé qué hacer. ¿Cómo podré escapar si hay un montón de hombres custodiando el maldito lugar? Seguramente, solo muerta.

—Ya puede verse en el espejo, señora.

La miré con el ceño fruncido. ¿Acaso me veo como una señora? Sí, claro… ahora que seré la esposa de ese energúmeno, me llama “señora”.

Miré mi reflejo en el inmenso espejo del vestidor. Me veía realmente diferente, parecía una princesa. Si hubiera sido una boda por amor, sería la mujer más feliz del mundo. Sin embargo, siento como si fuera un funeral; estoy muriendo en vida.

—¿Le gusta cómo está ve