Lionetta miró la pantalla de su celular y suspiró al ver la hora. Ya debería haberse levantado. No era tan tarde, pero solía madrugar para hacer algo de ejercicio antes de ir a ver a Angelo. El problema era, precisamente, eso último. No se sentía preparada para enfrentarlo después de lo sucedido en la madrugada.Aun así, no podía seguir postergando el momento. Pronto él se despertaría y necesitaría su ayuda.—Cinco minutos más —se prometió, luego se levantaría.Las imágenes de la noche anterior invadieron su mente. La manera en que Angelo la había acariciado, pero, sobre todo, sus palabras. Aunque seguía doliéndole que él no la recordara, no podía evitar sentirse bien al saber que él aún la deseaba.Un cosquilleo familiar entre las piernas la hizo fruncir el ceño. Pateó las sábanas, frustrada, y se levantó de un salto antes de ceder al impulso de darse placer. Podía ser muy buena fingiendo frente al público y las cámaras, pero no con Angelo. Probablemente él se daría cuenta de que hab
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