LARSCuando recobré la consciencia, la cabeza me daba vueltas, y todo era oscuro a pesar de que sabía que tenía los ojos abiertos. Sentía que estaba maniatado, y me tomó unos segundos darme cuenta de que una capucha me cubría la cara.El bamboleo me dijo que me encontraba en un auto, y en ese segundo lo recordé todo: los tipos, Ulrik, los golpes.Maldita sea, nos habían secuestrado.¿Qué probabilidades había de ser secuestrado dos veces en menos de un mes?Dios, subestimé mucho todo, y lo peor era que esta vez no estaba solo, sino que expuse a Ulrik a esto.Me dolía la cabeza, mucho, y sentía el estómago revuelto, pero apenas me movía. No era un experto en qué hacer cuando te secuestraban, pero sabía que en estas circunstancias lo mejor era mantener la calma.Entonces, sentí que algo se me encimaba un poco, y tardé solo dos segundos en entender qué era, más que nada por el curioso aroma a cedro que percibía. Era Ulrik, estaba despierto, y el leve roce entre nuestros cuerpos me hizo se
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