LARS
Dormir en la misma cama que tu ex era algo así como dormir con el enemigo, y se sentía horrible.
Trabajé un poco, tuve una charla con mi editor, cené, y nada… Ulrik solo volvió cerca de las diez de la noche a la habitación, y para esa hora yo ya estaba acostado, aunque no dormido. El congreso comenzaba al día siguiente y debía estar bien descansado.
Lo sentí entrar, también su mirada. Quizá creyó que me habría ido y, sí, en otras circunstancias lo habría hecho, pero no ahora.
Se fue a bañar, y lo siguiente que supe fue que se tumbó en la cama, lo que me tensó un poco.
—¿Ya sabes quién te secuestró? —preguntó, sorprendiéndome.
Me giré enseguida, encontrándolo bocarriba con el celular en la mano. Era evidente que sabía que no estaba dormido, y yo sabía que lo sabía.
—No… la verdad no se lo he dicho a nadie.
—¿No es eso ser demasiado descuidado? —Su voz profunda caló en mis oídos como un cosquilleo. Era uno de sus mejores atributos a mi parecer, una voz hipnotizante.
Solté un respin