Mi instinto gritaba que corriera.Pero mis pies no se movían.Ahí estaba él, como una visión tallada en sombras. Alto, pálido, con ese rostro demasiado perfecto para ser real. Sus ojos eran un abismo, oscuros como la noche sin luna, y brillaban con una intensidad que me inmovilizaba. Era como si dentro de ellos danzaran secretos antiguos… y todos me estuvieran observando.—Mi nombre es Caleb —dijo, y su voz…Dios.Era como un murmullo al oído en medio de una pesadilla húmeda. Grave. Profunda. Cargada de una seducción peligrosa que me hizo estremecerme.—Te he estado esperando.Esperando.No conocía a este hombre, y sin embargo, algo dentro de mí se rompió al escucharlo. O se encendió. O ambas.Mi respiración se volvió irregular. Dije lo primero que me vino a la mente.—¿Quién demonios eres?—Ya te lo dije —respondió, dando un paso hacia mí, lento, como si temiera que saliera corriendo. O como si supiera que no lo haría—. Caleb.Tragué saliva. Retrocedí un paso. Mi cuerpo, por alguna r
Leer más