Llegaron a casa de Mónic y la cara pícara de Gliz los sorprendió, pero decidieron ignorarla para evitar el bochorno.A quien no pudieron ignorar fue a Chelsea, que se encontraba en la sala.—Buenas tardes —saludó Logan amablemente.—Buenas tardes —respondió ella, sin despegar la vista del periódico, justo en la sección de empleos.Ya había buscado en línea, recorrido calles y nada. Ahora recurría al método más antiguo, pero ningún anuncio era lo que buscaba.—¿Qué haces? —preguntó Mónic, acercándose a ella.—Busco trabajo —contestó Chelsea sin levantar la vista.—Bueno… respecto a eso… —Mónic se sentó a su lado y, con suavidad, le quitó el periódico. Lo dejó sobre una de las mesas laterales y continuó—: He estado pensando que, ya que no has encontrado nada y me consta que lo estás intentando, podrías trabajar en la editorial... si tú quieres, claro.Eso captó completamente su atención. Chelsea giró la cabeza hacia ella, con los ojos vidriosos y los labios temblorosos.—¿Lo estás dicie
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