La mirada pesada de Caleb cayó sobre Logan, y este, al sentirla, se la devolvió sin titubear. Pudo notar un aire de victoria en el semblante de Caleb. Bastó un leve tirón de su brazo para que Mónic girara hacia otra dirección, como si quisiera evitar que siguiera viéndolo.
Logan no sabía si quería continuar ahí. Había asistido con la intención de arreglar las cosas, de intentarlo al menos… y lo último que esperaba era verla con ese imbécil.
Dio media vuelta y se adentró más en el salón. Ellos seguían cerca de la entrada, saludando a varias personas, entre ellas, algunos escritores invitados.
—¿Esperabas algo diferente esta noche?
La voz de un hombre a su lado lo sacó de sus pensamientos, los cuales estaban peligrosamente enfocados en ahorcar a Caleb con sus propias manos.
—¿Perdón? —preguntó, sorprendido.
Al parecer, el tipo encontraba graciosa la escena que acababa de presenciar.
—Lo de Mónic y su acompañante —respondió mientras bebía un sorbo de su copa—. Ya sabes… pensaste que vend