DamiánPor ella rendiría todo: mi ciudad, mi gente, mi beta, mis amigos. La manada era importante, la gente, la familia. Pero una Luna… lo era todo.Yo la había amado en silencio. La había atrapado, protegido y... la había hecho sufrir. Debí alejarla, por su bien y por el de todos. Pero ella volvió a mí. Fui su jefe, su protector. Luego su amante, su mate, su alfa.—Daríamos todo por ella, nuestra sangre, nuestra vida, sin vacilar, sin dudar —susurraba Ronan.Y Ricardo lo sabía. Y lo usó a su favor. En la guerra todo se vale.Mientras me arrodillaba, sentí el olor a ónix y wolfsbane de las armas. La lanza me hirió. Ricardo sostenía a Julieta; el cuchillo cortaba ligeramente su cuello. Un hilo de sangre salía, pero Julieta parecía no estar al tanto. Se agitaba, se contorneaba como si el dolor dentro de ella fuera mayor.Había matado al padre de Melanie y a varios guerreros. Debí matar a Verdugo y Ricardo, fui débil. Nana estaba en el suelo, el fuego apagándose. Freya y Diana seguían l
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