Damián
—Mi Damián… mi alfa
Ella me besaba, y con cada toque reparaba mi corazón, ayudándome a olvidar. Porque creía que nunca podría superarlo.
Yo hice esto. Yo le hice daño.
Su loba no apareció por mi culpa. Ronan tenía una comunicación especial con Lila. Era sin palabras, cosas de lobos… y lo supo.
La loba no había podido desarrollarse bien por mis estúpidos planes, mis ambiciones, mis promesas y juramento cuando no había nadie más importante que Julieta. No me acerqué a ella cuando la vi por primera vez. Debí hacerlo. Ronan me rogaba. Luego la seguí, la vigilé por tanto tiempo… Y quizás ahí Lila habría tenido una oportunidad, mi mate conocería a su loba, hablarían, acompañaría... haría lo que yo no pude hacer.
Pero yo sabía que la peor parte no era esa. Porque todo se vino abajo con la Cacería Sagrada, porque la tuve cerca, la toqué, la miré a los ojos… y ella me vio. Me conoció y ese era el momento perfecto, el momento que verdaderamente no tenía perdón. La salvé, la atrapé en