SamanthaHa pasado varios minutos desde que las chicas salieron y aún siento rabia, aunque trato de ignorar esa molestia, de calmarme, porque no debería estar asi, menos con mis amigas. Pero no puedo, se me dificulta un poco.Se que debo relajarme. Estas son nuestras vacaciones, deberíamos estar disfrutando, riendo… no peleando. Aun así, no puedo evitar que me hierva la sangre. Que apoyen a Cristian, después de lo que me hizo, es algo que me cuesta digerir.Yo soy una mujer pacífica —bueno, la mayor parte del tiempo—, pero cuando mi carácter sale, no hay quien lo detenga. Y hoy, definitivamente, no estoy en mi mejor versión.Decido distraerme un poco y comienzo a vestirme. Elijo un conjunto que, sinceramente, grita “no me toques si no puedes soportar el fuego”. No puedo evitar reírme con esa frase.Un top negro ajustado que deja ver un poco más de piel de lo que debería, con un escote que resalta mis curvas sin ser vulgar, y un short de mezclilla corto que abraza mis caderas justo en e
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