El Regalo de Bodas de la Ex
Tres años después de haberme casado con Dominick, Gia, su hermanastra, me envió un video de la nada.
Hice clic en el video y vi a Dominick atando a su hermanastra al poste de la cama con la corbata que yo le había dado.
Su hermanastra yacía desnuda debajo de él, hablándole íntimamente.
Después de su acto desenfrenado, compartieron un abrazo y Gia se acurrucó contra Dominick, diciéndole: —No me gusta el anillo que me compraste. Dáselo a Luna y dile que es mi regalo de cumpleaños.
Al día siguiente, estaba sentada en un restaurante de lujo y miraba fijamente el asiento vacío al otro lado de la mesa.
De repente, el subjefe me trajo un pastel enorme.
—Don Costa tuvo que salir por un asunto urgente. Me envió a entregar su regalo de cumpleaños.
La caja contenía el regalo desechado de su hermanastra.
Mi teléfono vibró con nuevas fotos de Gia. Dominick estaba en el hospital con Gia para una revisión.
Sin hacer escándalo, firmé los papeles del divorcio e hice los preparativos para una boda.
—Donna Costa, ¿cuáles son los nombres que debo poner del futuro esposo y esposa?
—Dominick y Gia.
Dentro de una semana, le mostraría al mundo la clase de asuntos sucios en los que el supuesto solemne Don se había estado metiendo con su propia hermanastra.