Buenas Noches Señor

Hacía ya muchos años que su madre había muerto, pasó tanto tiempo de aquella tragedia que apenas lo recordaba y lo único que tenía a su alrededor era a su madre adoptiva, una mujer que la había educado dentro de un sistema dependiente, por lo que pese al maltrato, no sabía cómo salir de ahí, hasta que escuchó que estaba siendo negociada. América escuchaba aquella conversación mientras tragaba grueso, sus manos sudaban, su respiración se agitaba y sus labios temblaban. Por su mente pasó el recuerdo de su madre, aquella que la había amado tanto, pero que murió antes de tiempo; recordó a su padre adoptivo que hacía no tanto había fallecido y que jamás hubiera permitido que se le tratara cómo mercancía; suspiro, encontraría una salida, porque aquella mala mujer que la estaba poniendo en venta, y que desgraciadamente era su madre adoptiva, tenía una hijo, cuyo hijo no permitiría que a ella se le vendiera, así que había una esperanza. América había sido adoptada sin razón aparente por una familia millonaria, pero lejos de encontrar la felicidad, estaba siendo un desastre, puesto que ya era mayor de edad y no sabía cómo ganarse la vida; aquella madre postiza lejos de quererla, solo pensaba en dinero, puesto que su esposo fallecido, no le había dejado ni un centavo, por ello, estaba haciendo el negocio de su vida, vender a la adoptada. Novela debidamente registrada, con todos los derechos reservados, prohibida su copia parcial o completa.

En medio una fuerte lluvia, Jane Rydell vio a un hombre caído a un costado de la carretera, lleno de heridas. Sin dudarlo, Jane ayudó al hombre, su sentido de cuidado por alguien que estaba herido era muy alto. Hendrik Fernandez resultó ser un hombre frío y rígido, que no sabía cómo ser amable. Esto llevó a Jane, una joven de veintitrés años, a mostrar paciencia al dirigir su atención para enseñarle al hombre frío cómo amar y ser amado.

¿Cómo le explicas a tu novio que estás embarazada? ¿Cómo les explicas a tus padres que serán abuelos? ¿Cómo le explicas a tu jefe gruñón que el bebé es de él? ¿Cómo le explicas al mundo que sigues siendo virgen? Terminé embarazada de mi jefe por error…

— Arrume suas coisas, Alice, e venha comigo. Você será minha esposa. — disse Darius, autoritário. — Como? Você é louco? Quem pensa que é para entrar na minha casa e me dar ordens? — perguntou Alice, incrédula e indignada. — Sou Darius Moss e minha palavra é lei. Então, seja uma boa humana e me obedeça, pois não vai gostar de me ver irritado — decretou ele, com um olhar frio que fez o corpo de Alice estremecer. Alice Miller voltava para casa após mais um dia de trabalho em seu emprego de meio período numa clínica veterinária. Ela sonhava em ser veterinária e juntava cada centavo para a faculdade. Quando estava quase chegando em casa, deparou-se com um lobo enorme, gravemente ferido. Sem pensar duas vezes, ela o levou para casa e cuidou dele, salvando sua vida. O que Alice não sabia era que aquele lobo era um lycan, e não um qualquer. Ele era o rei alfa supremo dos lobisomens, e o momento em que ela o salvou selou seu destino para sempre. Darius Moss é um lobo amaldiçoado, forçado a se transformar em uma fera sanguinária que mata tudo em seu caminho. Ele carrega a dor de ter tirado a vida de sua companheira e do filhote que ela gerava. Em sua busca por uma cura para a maldição, Darius caiu em uma emboscada, ele foi drogado e traído. Lutou ferozmente para sobreviver, venceu, mas acabou gravemente ferido, à beira da morte. Alice o encontrou e o salvou. E Darius descobriu que aquela humana era sua companheira de segunda chance, a única capaz de libertá-lo de sua maldição. Mesmo que não tivesse desejado essa ligação, ele sabia que não poderia deixá-la escapar. Pelo bem de sua alcateia, ele a tomaria como sua, custasse o que custasse.

Libro 1: La loba blanca es rechazada. Libro 2: La loba blanca se rebela. Te haré un pequeño resumen rápido de mi vida para que entiendas por qué me veré forzada a entrar en la Competición de Fuerza del Continente Central bajo las órdenes de un Idiota y de un bastardo monosilábico que, casualmente, resultan ser mis parejas. Si, MIS PAREJAS, pero me estoy adelantando. Mi nombre es Lily Madsen Capell y mi tío me quería muerta...

Libro #1 de la serie "Citas con el destino" En el agitado mundo de “Turner Legal Group”, un prestigioso bufete de abogados en la ciudad de Nueva York, la dedicada asistente Sunmi Choi, oculta en silencio un amor creciente por su enigmático jefe, Justin Turner. Mientras Justin se sumerge en la búsqueda de una esposa para complacer los deseos de su tío que está sumamente enfermo, ambos se enfrentan a revelaciones sorprendentes y a un torbellino emocional que desafía todo lo que creían saber sobre el amor y la lealtad. Descubre cómo el destino entrelaza sus vidas en una historia de secretos, sacrificios y segundas oportunidades que desafía las expectativas y las apariencias en un mundo donde el romance puede surgir en los lugares más inesperados.

Em um dia comum Kendra Kyork ficaria em casa de frente para seu notebook escrevendo mais um de seus romances, no entanto pela persistência de suas amigas a escritora decide ir em uma reunião de mulheres. As quais ela ama e odeia na mesma medida, gosta das bebidas que pode compartilhar, odeia, porque dessa vez terá que falar sobre seu noivado destruído. Preparada mentalmente a louvável mulher foi de encontro a festa que tem muitas chances de se tornar um enterro. Entretanto, o que não esperava é que na manhã seguinte encontraria um pacote tão incrivelmente encantador em sua porta.

Alana La historia siempre tiende a repetirse o eso es lo que me decía mi padre muy a menudo desde pequeña, ¿Por qué lo decía?, no lo sé. ¡Oh pero unos años después todo iba a tener sentido! Nacida en una de las familias más respetadas de la Mafia en NY, Los Mancusso, con la muerte de mis padres y con mi hermano mayor al frente de todo los negocios, mi deber como la segunda hija es ayudar en la crianza de mis hermanos más pequeños. Hasta que un día soy llamada a una reunión en el despacho de Guido mi hermano y me dan la peor noticia del mundo, no solo tengo que casarme con alguien a quien desteto desde que éramos unos niños de jardín, debo vivir en su casa donde con seguridad va a estar su hermano también, eso no ayuda en nada, empeora la situación. Debo darle un heredero en menos de un año, me alejaran de mi familia, mis amigos, mi novio, es lo más horrible que me puede pasar después de la muerte de mis padres, debo buscar una solución hacer que mi hermano entre en razón y resistirme lo más que pueda hasta que pueda idear un plan para poder escapar. ¡Jamás me casare con él!...No después de como me humillo. Gianni y Damiano son dos hermanos que ante los ojos de la sociedad son los hijos perfectos, guapos e inteligentes, hacen todo lo que un futuro líder de la mafia debe de hacer si quieren seguir manteniendo el respeto y la reputación que su familia Los Amuso ha tenido todos estos años, se llevan tan bien que hasta comparten a las chicas con las que salen cada semana sin ningún problema, pero eso va a cambiar muy pronto.

Mi novio es policía. Cuando me amenazaron los matones, a la bomba que llevaba en mi cuerpo sólo le quedaban diez minutos antes de explotar. Los matones me dijeron que le llamara, pero solo me recibió con un aluvión de insultos: —¡Fabiola, basta! ¿Cómo te atreves a bromear con tu vida por celos? ¿Sabes que el gato de Laura lleva tres días atrapado en un árbol, y ella quiere a ese gato como si su vida?. —¡Si retrasas mi rescate, eres la asesina! En el receptor, llegó una voz suave de la chica: Gracias, querido, eres lo mejor. Y esa chica era la amiga de la infancia de mi novio. Cuando la bomba estaba a punto de explotar, envié un mensaje a mi novio: — Hasta nunca, es mejor que no nos veamos en la otra vida.

Me casei com a família Monteiro para salvar uma família rica à beira da ruína. Mas meu marido, Eduardo Monteiro, o herdeiro da casa, se divertia com outras mulheres. A mãe dele tentou apagar cada esforço meu, sem deixar nada para trás. Com inteligência, reescrevi meu destino. Quando Eduardo se ajoelhou, implorando: — Não me deixa. Eu o deixei ali, sem olhar para trás, segurei a mão do jovem escritor: — Você? Não é nada.