La Luna que no estaba destinada al Alfa
Serethia nació marcada por la diosa Luna, Sel-Naïma, y su sangre puede sanar. Según la profecía, su cuerpo y alma fueron creados para el rey Alfa.
Pero el día de la unión sagrada, Kaelvar, su alma destinada, la rechazó… y eligió a otra, humillándola. 
Deshonrada y maldita, Serethia huyó al mundo humano. Allí conoció a Alec, un humano del que aprendió que tal vez podía elegir su destino… pero el pasado volvió a alcanzarla.  
Cuando la pareja del rey Alfa cae en desgracia, Serethia es obligada a regresar. Su sangre es la única esperanza. Y el vínculo con Kaelvar —ese lazo ardiente que nunca murió— vuelve a reclamarla.
Ahora debe elegir entre obedecer… o rebelarse contra la diosa que la condenó desde su nacimiento.