Narrado por Dante
Mi padre nunca fue de celebrar nada. Pero aquella tarde, cuando la noticia llegó, lo vi alzar su copa con un brillo satisfecho en los ojos que no recordaba. Habíamos ganado. Después de meses de negociaciones, propuestas y maniobras más parecidas al ajedrez que a los negocios, nosotros habíamos ganado la licitación de la empresa Nexora Media
—Ahora sí, hijo —dijo, apoyando su copa en la mesa con un golpeteo seco—. Ahora sí empieza el juego real.
Yo asentí, aunque en realidad sabía que el juego real ya había empezado hace mucho. Desde que Teo Kingsley apareció en nuestras vidas, todo se había convertido en una danza de silencios medidos, alianzas rotativas y verdades a medias. La empresa Nexora Media era, a estas alturas, una criatura salvaje a la que apenas podíamos controlar.
Y ahora, el padre de Sofía, Carlos Del Sol, el presentador de medios más influyente del país, tomaba el timón. Su compañía sería la encargada de manejar todo el negocio de noticias y publicidad