Después del ataque al grupo Fernández, la tranquilidad penetró las paredes de aquel majestuoso edificio. Pero no fue tanta la felicidad, porque justo cuando el grupo Fernández comenzaba a estabilizarse, otro ataque se gestionaba, y este se cocinaba lentamente, entre lo más oculto, del sistema financiero.
Los rascacielos brillaban bajo el sol del mediodía, reflejando un cielo que parecía ajeno al caos que se desataba dentro de los muros del Banco Central del comercio internacional.
Sebastián acababa de salir de una reunión con el fiscal económico, y apenas se desahogaba, desabotonándose, los primeros dos botones de su camisa hecha a medida cuando recibió un mensaje.
«Movimiento inusual se ha detectado en las cuentas privadas “Espejo” a entidades ficticias creadas en Groenlandia. Firma digital identificada: ZYX—73».
Isabella, que en este momento lo acompañaba, ella iba en una llamada con Vanessa, poniéndola al tanto de todo, y en ese instante, alcanzó a mirar la pantalla con el ce