Puedo ser el ángel de la muerte.
Tras dar un gran suspiro, desvío la mirada y se percató que le faltaban muestras por probar, pero cuando estaba por sentarse recibió una llamada. Lo cierto es que provenía del hospital, y el joven jamás esperó escuchar que Sully había sufrido un accidente.
—¡Voy para allá! Contestó antes de salir a toda prisa.
Él, da la vida por su madre y ahora ella se encuentra en el hospital.
Resulta que salió solo sin que nadie lo acompañara, en carretera, el joven se detuvo a esperar el cambio del semáforo, y en ese momento, desvió la mirada hacia la pareja que iba cruzando frente a su auto.
—¿Fabricio? Pero esa no es su esposa.
El hombre lo siguió con la mirada, y pudo darse cuenta de que la pareja era muy íntima, ya que el hombre abrazó a la mujer y la besó sin importar nada ni nadie.
—¡Es un desgraciado! ¿Cómo puede engañarla? Una vez más Ángel recordó a la mujer. Y apretando el volante maldijo a Fabricio. —Ese mal nacido. Pero ¿Por qué me molesta tanto? Eso es asunto de ellos, que hagan