CAPÍTULO 25
—Ponte cómoda, amor —dijo Alessandro entrando a la habitación de su hija, hablando justamente para ella, siendo seguido por el menor de sus hijos—, a tu madre le tuvieron que poner un sedante, estaba demasiado preocupada y se puso ansiosa, así que entró en crisis. Nos iremos cuando ella despierte.

Estrella agachó la cabeza, sintiéndose un poco culpable por la condición en que se encontraba su madre, aunque, en el fondo, seguía sintiendo que la reacción de Chase había sido un poco exagerada, así que lo culpaba a él de lo ocurrido.

» Y, por el dinero de las reparaciones, no tienes que preocuparte, me haré cargo —aseguró el mayor de los tres Miller en esa habitación y Estrella le sonrió agradecida. Reparar tanto auto, seguro no sería algo barato.

—¡Oye! —exclamó Chase, entre asombrado y molesto—. Debiste decirnos que asumirías los gastos, así yo no habría dicho que Estrella se acostó con…

—¡Chase Miller! —imperó el padre de los dos jóvenes en esa habitación—, no me interesa saber ese tipo
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