Julián seguía sin asistente. Recursos Humanos había convocado la entrevista de selección para dentro de tres días. Acordé con él seguir al frente hasta que encontraran mi reemplazo y al mismo tiempo, comenzar mis tareas como reportera de la Sección de Política, a las órdenes de Octavio.
Luego del almuerzo, cuando ya había organizado la agenda de Julián para toda la semana y atendido los asuntos más urgentes, me presenté en la sala de redacción. Desde el umbral contemplé ese otro mundo de computadoras e información rápida y veraz al que me uniría. Tomé aire y entré
Caminaba al que sería mi cubículo con una mezcla de vértigo y emoción. Por fin estaría en el lugar para el cual me había preparado en la universidad, ese que dejé de lado por un matrimonio que me quitó más de lo que me dio.
Virginia Herrera se levantó de su escritorio al verme. Ella era una de las mejores redactoras de la sección y alguien a quien admiraba por su estilo elegante e impecable.
—Bienvenida —dijo con una sonrisa