Capítulo 84. ¡¿Qué rayos hemos hecho?!
Ante la propuesta de Nicolás, Alexa sintió que su corazón daba un vuelco, y algo en su interior le decía que no debía, pero la idea de tener un edificio a su nombre le pareció un punto a favor para presumir.
Tres días después.
Cuando el taxi se detuvo frente a un club nocturno cuya vibrante luz de neón teñía la calle de azules y violetas, Lizbeth negó con la cabeza, y su expresión parecía un tapiz de resignación y sorpresa.
—Cuando dijiste que saldríamos, pensé que iríamos a un restaurante o algo así, no tengo ánimos— se quejó Lizbeth, pero Milena no hizo caso a su negativa, sino que salió del taxi energéticamente y la jaló de la mano.
—Ya lloraste suficiente, no te pido que olvides a tu bebé, pero no lo vas a revivir. Cómo estás muy bien de salud, vamos a sacar todas las penas con alcohol— le dijo Milena, arrastrándola hacia el interior del club cuyo umbral parecía separar dos mundos.
Se sentaron en la barra, y Lizbeth se rió sin poder poner más excusas. Conociendo a su am