Capítulo 74. ¡Juro que me pagarán esta humillación!
Ana se estaba mordiendo las uñas nerviosamente, su mente era un torbellino de pensamientos contradictorios. Anhelaba bajar a la casa del sótano para verificar por sí misma si era verídico que Soraya había recobrado la conciencia, pero a la vez le invadía el temor de hacerlo.
«Estoy arruinada», murmuraba para sus adentros, repitiendo una y otra vez en su cabeza mientras entrelazaba sus dedos temblorosos y sudorosos, con la mirada clavada en la entrada del salón.
La anciana Barrett, con compostura y una sonrisa triunfante, se unió al resto en la sala de estar.
—Parece que las cosas vuelven a su cauce — comentó.
Se sentó en su sillón con compostura elegante mientras sonreía triunfante.
—Tanto es así, que los criminales están cayendo por sí solos —añadió, observando de reojo a Ana.
Notó lo afectada que estaba y supuso que su palidez y sus movimientos frenéticos de pies y manos, se debían a la situación de su padre.
—Tienes razón, abuela. Creo que deberíamos celebrar en grande. Mis hi