Lyra
Mis hijos todavía estaban un poco asustados y no comprendían por qué nos íbamos de la ciudad, pero al menos ya no lloraban e incluso se relajaron tanto como para dormirse. Ekaterina no dejaba de mirar por la ventana y suspiraba a cada rato. Seguía sin estar completamente segura de la decisión que estaba tomando, pero no se arrepentiría. Retroceder ahora implicaba un riesgo enorme para el posible hijo que esperaba.
—Estaremos bien —le dije, a pesar de no estar segura.
—Eso espero —susurró—. Lamento todo lo que hice, todo el daño que…
—No, no lo menciones más —la interrumpí—. Estamos fuera de esto por fin, y no tiene caso que te lo reproche. No podías hacer nada, de todos modos.
—Nunca dejaré de sentirme culpable —sonrió con tristeza—. En fin, ¿vamos al aeropuerto?
—No, es el primer lugar en donde Thane podría buscarnos en cuanto se entere de que nos fuimos y que ustedes no están con sus hombres de confianza —le respondió Landon—. Saldremos del país en nuestra primera oportunidad y