De regreso a la seguridad de su hogar, el verdadero hogar que había construido con Lion, la calma no llegó. La confesión de Jessica resonaba en su mente como un tañido fúnebre. "Fue idea mía." La imagen de su madre, dispuesta a hundirse para salvar a Beatriz, se repetía una y otra vez. ¿Era solo favoritismo? ¿O había algo más?
Una semilla de duda, antigua y venenosa, comenzó a germinar en la oscuridad de su subconsciente. Recuerdos de su infancia acudieron a ella, no como un torrente, sino como gotas lentas y corrosivas. Su madre, apartando la mirada cuando ella lloraba. Su madre, celebrando los logros mediocres de Beatriz mientras ignoraba los suyos propios. Su madre, negándose a abrazarla la noche que regresó del secuestro, diciendo que necesitaba ser "fuerte".
Y luego, estaba la pulsera. El robo descarado. La complicidad silenciosa.
Esa noche, mientras Lion dormía a su lado, un sueño profundo y reparador que ella no podía compartir, Olivia se deslizó de la cama. Bajó a su estudio p