(Narración en tercera persona)
La mansión del abuelo de Ethan era un universo de luces bajas, cristales relucientes y el murmullo elegante de conversaciones y risas contenidas. El aire olía a flores caras y cigarros finos. Karla, con el brazo de Olivia firmemente enlazado al suyo, avanzó con una sonrisa tensa pero perfectamente ejecutada hacia el patriarca.
El abuelo de Ethan, era un hombre de cabello plateado y ojos astutos que habían visto décadas de negocios y dramas familiares, iluminó su rostro al verlas.
—¡Karla, querida! —Exclamó, abriendo los brazos para un abrazo que era genuinamente afectuoso. —No sabes cuánto me alegra que hayas venido. Y Olivia, qué grata sorpresa. —Asintió hacia ella con respeto, conocedor de su vínculo con Lion.
—Feliz cumpleaños, abuelo… —Dijo Karla, besándole en la mejilla. Su voz sonó cálida, pero Olivia, tan cerca de ella, podía sentir la tensión que recorría su brazo y no pudo evitar preocuparse por ella. —Que tenga un año maravilloso. —Continuó la