Mundo de ficçãoIniciar sessãoMinetti me toma de pronto y me arrincona contra la pared, pegando todo su cuerpo al mío, con su mirada lanzando rayos, fija en la mía, que tengo la sensación de estar en un gran peligro. No obstante, estoy tan furiosa que se me olvida lo que me pidiera la vez anterior que hiciera cuando lo viera de este modo. En cambio, lo miro molesta también, enfrentándolo.
—¡Suéltame! —le exijo, mirándolo con odio—. ¡Soy Lilian Minetti, tu señora! ¡No puedes tratarme de esta manera, Alessandro! ¡Suéltame, maldita sea! Forcejeo con todas mis fuerzas, tratando de zafarme de su agarre, pero no me deja. Su fuerza me parece inmensa porque me considero una mujer fuerte, que lucha cada día de su vida cargando pacientes sin miramientos, pero contra Minetti parezco una mujer débil y eso me enfurece más. —Señora Minetti, escúch






