Mundo ficciónIniciar sesiónMi corazón palpita fuertemente mientras lanzo una mirada hacia Migue, quien parece no saber hacia dónde mirar ni qué hacer. Gina se remueve en su lugar, inquieta pero buscando no llamar la atención de Alessandro. Es obvio que nadie en esta habitación se atrevería a interrumpir o cuestionarlo.
—Ya lo veo, señora Minetti, ya lo veo. Bravo —me elogia mientras dirige una leve señal de aprobación hacia Gina.—¡Pasos cortos, Lili, no lo olvides! —me recuerdan Migue y Gina; esta última me indica que levante el busto—. ¡Y no hables mucho!—Hasta luego, chicas, pórtense bien. Las veo a mi regreso —me despido mientras avanzo del brazo de Minetti—. Migue, si demoro, cúbreme con mamá.Alessandro no dice nada, aunque puedo sentir el peso de su satisfacción a mi lado. No sé si disfruta verme acatar órd






