Mundo ficciónIniciar sesiónAlessandro deja escapar una ligera sonrisa, casi imperceptible, que no logro catalogar si es de superioridad o de paciencia hacia mí. Me enderezo en mi asiento, incómoda pero intrigada. Su mundo, como él lo llama, siempre parece en control, calculado, una maquinaria que opera en su perfección y en la que yo todavía no sé ni cómo encajo. Pero no puedo negar que las palabras "mi mundo" tienen un peso que cautiva, que atrapa, aunque me asuste entender sus implicaciones.
—¿Pero y mi pasaporte? —pregunto suavemente ahora.—Todo está resuelto —dice con seguridad y cambia de tema con una seriedad que me asusta—. Ahora, Lilian, atiéndeme. No quiero que te muevas de mi lado ni un segundo. Son muy peligrosas las personas con quienes nos reuniremos. Estaremos solo el tiempo necesario.—¿Ni al baño? —pregunto con un estremecimiento de peligro.Alessan






