Mundo ficciónIniciar sesiónNo sé si son las largas horas que me paso corriendo de un lugar a otro en emergencias y los pacientes que debo cargar, pero mi cuerpo está tonificado como si pasara seis horas diarias en el gimnasio. Adelanto apenas mi pie izquierdo, lo que deja al descubierto mi larga pierna por entre la enorme abertura que posee el vestido, casi hasta mi cadera, dejando ver también mis hermosos zapatos del mismo color que el vestido. Aunque altos, su tacón se mantiene perfectamente equilibrado, haciendo un conjunto ideal con mi cartera. Mis hombros están al descubierto por el escote pronunciado al centro y las pequeñas mangas que cubren parcialmente mis brazos. Es realmente hermoso.
El señor Minetti no responde a mi pregunta. Se levanta y, con la elegancia que lo caracteriza, deja caer la gabardina que tenía en los hombros. Ahora puedo verlo con un traje blanco impecable y una corbata del mismo color que mi vestido. Su presen






