Mundo ficciónIniciar sesiónEn verdad, puedo ver los grandes ventanales de su oficina desde el balcón; de seguro me estará vigilando todo el día. No podría sentirme cómoda con Andy sabiendo que me ve. El que sigue es el doblar, me indica el señor que me los muestra.
—¿No pudo escogerlos más lejos, aunque sea una cuadra más allá? —pregunto algo molesta. Siento una gran necesidad de escapar de las garras de Minetti, aunque sea una ilusión, lo necesito. —No seas así, Lili, es por tu seguridad —me regaña Migue—. Mira, también estarás cerca de la biblioteca. Creo que fue muy considerado de su parte. Ese edificio de ahí es la biblioteca nacional, Lili. Sigues tan despistada como siempre, estás cansada de venir ahí —me lo señala y me doy cuenta de que es verdad. —¿Señor, hay algún ap






