La sombra que una vez se cernió sobre la fortaleza de la familia Cavalli, una mansión que siempre había olido a opulencia y peligro, ahora parecía haber envuelto los corazones de sus herederos.
Ezio Cavalli, a sus veintiún años, se erguía ante la ventana del despacho de su padre. La ciudad Siciliana, antes un telón de fondo de sueños y travesuras infantiles, ahora parecía un tablero de ajedrez donde cada movimiento podía ser fatal.
A su lado, Elena, con dieciocho, repasaba con meticulosa atención los libros de contables de las empresas y de la mafia que llevaba su padre, Enzo.
Durante toda su infancia, Enzo y Olivia, sus padres, habían intentado desesperadamente construir un muro alrededor de sus hijos, un muro que los protegiera del mundo de sombras y susurros que era la mafia Cavalli.
Los habían matriculado en las mejores escuelas, los habían alentado a estudiar arte, música, historia... cualquier cosa que pudiera alejarlos del negocio familiar. —Ustedes tendrán una vida diferente,