Una semana después.
Hayden se quedó en mi apartamento, creo que eso ya se estaba haciendo costumbre para el, nuestra relación se estaba volviendo un poco demasiado hogareña, y yo no podía pedirle que se fuera, porque me encantaba dormir entre sus fuertes brazos, se sentía cálido y de alguna manera tan especial.
— Creo que hoy no podré quedarme a dormir — Me dijo mientras me preparaba el desayuno.
Yo me puse a su lado y lo mire.
— ¿pasa algo? — Le pregunté.
El nego con la cabeza de inmediato.
— Jona quiere que entrene con un nuevo coche y eso me tomara todo el día y parte de la noche, así que no creo que pueda venir — Me dijo.
Yo asentí con la cabeza, comprendía completamente, pero me haría mucha falta.
— Es tu trabajo, no pasa nada — Le dije con una sonrisa.
El se inclinó y me dio un beso en los labios.
— Te compraré algo rico mañana que venga — Me prometió.
Yo asentí con la cabeza, sabiendo que si lo traería, eso me gustaba de el, siempre cumplía su palabra.
[...]
Mi trabajo termino