Me desperté de golpe mientras sentía cómo mi respiración se estaba cortando. Kat estaba prácticamente tirada sobre mi pecho, y la pierna de Grace estaba en mi abdomen, presionando mientras ella abrazaba con fuerza mi pierna. Yo aparté un poco a Kat y traté de bajar la pierna de Grace. Kat levanto un poco la cabeza y abrió los ojos, me quedó mirando; yo sonreí un poco. Ella tenía el cabello alborotado, y su cara de recién levantada era tan preciosa.
— ¿Dormiste bien? — le pregunté.
Ella entrecerró los ojos y se volvió a acostar en mi pecho. Yo miré al techo y puse mala cara; estaba viviendo el sueño de todos los hombres, pero de una mala manera.
— Los latidos de tu corazón son relajantes — me dijo Kat con la voz adormilada.
Yo sonreí satisfecho por lo que me había dicho; iba por muy buen camino.
— Kat, me duele la cabeza — se quejó Grace.
Kat se apartó de mi pecho y se sentó en la cama; me miró y después a su amiga, que aún estaba prendida a mi pierna.
— Te bebiste dos botellas d