Poderoso CEO.
—¿“Amor”? —Murmuró Edward soltando a Alan—. Es cierto, nunca lo tendré, pero soy el padre de sus hijos ¿Puedes competir contra eso? —Comentó con superioridad—. Ella siempre estará atada a mí.
Alan quedó sin palabras, la ira que sentía en ese momento era algo que nunca antes había sentido, ni siquiera cuando se enteró que él había abusado de Anya.
Edward por su parte caminó hasta la sala de espera frente a ellos y se reclinó en la pared. Sacó su teléfono móvil y texteó unos mensajes antes de sentarse en uno de los asientos. Sonrió triunfante al ver la cara desesperada de Alan.
Alan estaba tan frustrado que si hubiera tenido un arma en ese momento, definitivamente lo habría asesinado, pero antes de que siquiera pudiera acercarse a él, sintió unas manos firmes sujetarlo por los brazos.
—Alan Ashford, queda detenido por el secuestro de la señora Anya Vanderbilt. —Dijo una voz tosca detrás de él.
El rubio giró bruscamente la cabeza y vio a dos hombres vestidos como oficiales de policía