Capítulo 452
Ana subió las escaleras sola. Se dirigió directamente al dormitorio principal en el lado este del segundo piso, abrió la puerta, atravesó la sala de estar y entró en el dormitorio privado...

No había fotos de boda en la mesita de noche. En el dormitorio, no había signos evidentes de una niña pequeña, solo un pequeño tablero de dibujo en el sofá, con un dibujo a medio terminar apenas distinguible... era de su hermano Luis.

En el vestidor, la ropa de la mujer de la casa no era mucha. ¡Menos aún la del hombre!

Ana tocó suavemente las delicadas telas femeninas, intuyendo que su hermano no trataba bien a Dulcinea... de lo contrario, ¿cómo se explicaba que después de un año de matrimonio solo hubiera estas pocas prendas? No se quedó mucho tiempo y bajó lentamente las escaleras.

En el primer piso, Catalina lucía visiblemente nerviosa. Ana le preguntó:

—Mi hermano no viene con frecuencia, ¿verdad?

Esta vez, Catalina no mintió, asintió:

—No, viene una vez por semana, a lo sumo.

Ana no insistió,
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