Capítulo 386
En la habitación VIP del hospital, las paredes estaban pintadas de un suave tono rosa que daba una sensación acogedora. Emma se sentía aún débil. Apoyada en una almohada blanca, le preguntó a Ana por primera vez, preocupada:

—Mamá, ¿me voy a morir?

Ana sentía un dolor profundo, pero frente a su hija, se esforzaba por contenerse. Incluso logró sonreír mientras decía:

—¡Claro que no!

Emma se sentía aún mareada y, con una voz baja, apoyada en su madre, preguntó:

—¿Por qué no puedo ir a la escuela como los otros niños? Mamá, si tú y papá tienen otro hijo, asegúrense de que sea completamente saludable. Si lo haces bonito, aunque Emma ya no esté, ustedes tendrán un bebé hermoso.

Ana se quebró por completo al escuchar estas palabras. Con la voz entrecortada, pidió a Carmen que cuidara de todo mientras salía de la habitación… Necesitaba tranquilizarse, de lo contrario, perdería la cordura.

Mario la interceptó en la puerta y la llevó a su oficina… A pesar del cálido sol y el agua caliente, nada
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