—Es una locura —había dicho Noah.
—Lo es —Cassian le dio la razón—. Entonces olvidemos a la loba vidente y vayamos a alucinar con los hongos amanita… después, a ver qué hacemos.
—No —Noah preferiría que le arrancaran el corazón antes de…
—Eres un caso perdido —la voz de Cassian sonó cansada, pero ahí estaba, dispuesto a que lo hallaran y lo torturaran hasta la muerte por un amigo, un hermano.
…
En el presente, Lucian despedazaba la habitación mientras exigía que la loba vidente despertara. Que los guardias encontraran a su hembra.
Que el responsable fuera quemado vivo.
Leah yacía en el suelo, adormilada. No tenía heridas, pero ese aroma, esa cosa, la hizo perderse en un sueño profundo.
Lucian salió de la habitación y ordenó a todos sus guerreros vaciar cada cuarto, ir a cada rincón de ese territorio y traer a Freya de vuelta.
En el instante en que la idea de que su hembra estuviera herida o muerta le cruzó la cabeza, su sien palpitó. Lucian era una bestia. Su garganta se cerró.
Entonc