“Si vas a su territorio, pueden pasar dos cosas: te vuelve a pedir que te unas a él como su esclavo o te corta la cabeza por haber huido la última vez”, le había dicho Cassian.
Entonces… Noah se juró buscar la manera. Un plan para acercarse a él.
Lucian tenía un ego del tamaño de la luna. Le gustaba todo lo que lo engrandeciera.
“Debemos aprovechar un momento en el que esté de buen humor. En el que esté confiado. En el que sienta que todos están rendidos a sus pies”. Y Cassian sabía de lo que hablaba.
Esa entrada. Esa declaración, era la piedra correcta en la corona del tirano. Puesto que el hijo del hombre que más odió en toda su vida, ahora se inclinara ante él. Lo alababa.
Porque Noah podría ser una molestia para Lucian, pero su padre… su padre era el ser más despreciado y asqueroso.
Si Lucian tuviera la oportunidad de revivirlo, lo haría con tal de volver a partirle el corazón.
…
En la celebración los presentes bebían litros y litros de licor…
Aunque el alfa Lucia