—¿Qué? ¡No! No es eso… Yo solo quise ayudar. No fue mi intención que lo viera…
—¿Y bien? ¿También vas a ofrecerme un masaje?
Leah se irguió indignada.
—¿Sabe qué? —levantó el mentón en busca de recuperar un poquito de dignidad—. El alfa Noah es insoportable.
Se dio media vuelta y comenzó a alejarse. ¿Por qué creyó que ese tipo sería diferente a otro machito lleno de testosterona?
Noah la observó mientras se alejaba.
Y por primera vez en todo el día, una sonrisa auténtica surgió en su rostro.
Una sonrisa breve. Salvaje.
—El alfa Noah tiene una manera muy rara de cortejar —Cassian negó con la cabeza a unos metros de él y se recargó en el tronco de un árbol.
—¿Qué dijiste?
—Yo… nada. De seguro el golpe de Rutt me dejó secuelas —desvió la vista y se reprendió a sí mismo por haber pensado en voz alta.
…
Leah no podía creer que el alfa soltara esos comentarios de la nada. Bueno, sí… de seguro todas las lobas jóvenes de la manada vivían derretidas por él, pero ella no.
«Eso me saco por preoc