017 Tierra húmeda y jazmín...
Noah mantenía los ojos clavados en el horizonte.
Puso hasta su última gota de autocontrol para ignorar el deseo instintivo que emanaba de su interior.
El sudor le corría por la nuca, frío, ajeno al clima.
No era el cansancio.
No era la adrenalina post batalla.
Era ella.
Michelle, acurrucada contra su pecho, jadeaba con suavidad. Su cuerpo temblaba, pero no por miedo.
El aroma lo envolvía todo: almizcle, feromonas puras, lujuria no contenida. Su celo era evidente. Penetrante.
Ella lo sabía.
—Alfa… —murmuró con voz rota—. No tiene que contenerse conmigo.
Subió la mano con lentitud, como si temiera romper algo, y tocó la mejilla del alfa con los dedos temblorosos.
—Es su derecho. Usted es mi alfa —susurró, tan cerca que el aliento cálido se estrelló contra su cuello.
Noah apretó la mandíbula; sus pupilas temblaron por un instante. El lobo dentro de él empujaba contra su voluntad. Clamaba por tomar lo que le ofrecían. Por marcar. Por poseer.
Su mano descendió de f