—Me obligaron a aceptar a una esposa que no quería y a ceder las acciones de la familia Herrera a unos gemelos de origen incierto —dijo Diego con una sonrisa llena de desprecio.
Armando lo fulminó con la mirada y respondió con seguridad:
—¿De origen incierto? ¡Esos gemelos son ahora tus hijos, y como tales deben ser reconocidos!
Diego levantó sorprendido una ceja, mostrando completa indiferencia.
—Lo siento, pero mis hijos solo pueden nacer de la esposa que yo decida reconocer. Yo y Leticia nunca hemos tenido una relación íntima, así que no esperes que esos niños sean míos.
La tensión entre ambos era evidente cuando Daniel tocó la puerta y entró, interrumpiendo la conversación.
—Los invitados ya se han retirado, y el personal del hotel también ha sido evacuado.
Hoy, debido al evento, el hotel solo había recibido a los invitados y al personal, lo que facilitó las maniobras de Diego.
—La señorita Yolanda ha sido llevada al salón 02 en el sexto piso. Ya hemos enviado un equipo para rescat