Capítulo 410
Matías tomó cuidadoso la caja de regalo que Leticia le tendía y la miró con curiosidad.

—¿Por qué no entras tú y se la das?

Leticia bajó la voz y respondió con cierto aire de incomodidad:

—Quería hacerlo, pero ya sabes… Marina y yo no nos llevamos bien.

Matías aceptó, entendiendo la situación.

—Bien, tranquila. Yo se la entrego.

—Muchas gracias, Matías.

Mientras hablaban, sus ojos se desviaron con rapidez hacia la mesa del auto, donde había dos sobres con el logotipo de un hospital.

—Bueno, ya me bajo.

Justo cuando Leticia estaba a punto de abrir la puerta, se detuvo en seco. Llevó una mano al pecho, con una expresión extraña que llamó de inmediato la atención de Matías.

—¿Leticia? —preguntó Matías sorprendido al verla rara.

Con las mejillas ligeramente rojas y en voz baja, Leticia murmuró:

—Matías, ¿puedes bajar la mampara? Y… ¿salir del auto un momento?

Matías, visiblemente incómodo, apartó la mirada, bajó la mampara y salió sin decir nada.

En cuanto Matías salió, Leticia sonrió, cla
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