C91: Falsas acusaciones.
Al principio Margot no hizo ninguna mueca, su semblante se mantuvo pétreo, como una escultura que rechaza la infiltración de cualquier emoción, y solo después inclinó la cabeza para bajar la vista unos instantes antes de volver a levantarla.
—¿Estás insinuando que fui yo quien la envenenó? —cuestionó—. Si desde el inicio tenías dudas sobre mí, ¿por qué entonces montaste todo ese alboroto en la cocina? ¿No pudo tratarse de un descuido por parte del personal, de una negligencia en la manipulación de los insumos o de un error que no requería señalar con el dedo a nadie en particular?
—El doctor me informó que la cantidad de pesticida hallada en el cuerpo de Ámbar era excesiva; no se correspondía en absoluto con lo que cabría esperar de un descuido. Me dio a entender que pudo ser algo deliberado.
—¿Y eso te lo confirmó con certeza, o solo fue una advertencia?
—Hizo lo que tenía que hacer advirtiéndome. Yo debo investigar y llegar hasta el fondo de esto. Claro que indagaré entre los emplea