C64: Si ella decidió hacerlo, fue por su propia voluntad.
La sala del tribunal estaba impregnada de un ambiente pesado que sólo los lugares donde se deciden cosas irreversibles pueden tener. Ámbar permanecía sentada junto a Elías, quien hojeaba meticulosamente los documentos ordenados dentro de una carpeta. Ella, en cambio, no podía mantener quietas las manos. Jugaba con sus dedos mientras que, a unos metros, Vidal estaba sentado con su abogado, escudriñándola con el rostro impasible.
Finalmente, el juez tomó asiento. Su voz, cuando habló, resonó con autoridad sin necesidad de elevar el tono.
—Se da inicio a la audiencia preliminar en el caso Schubert contra Benaroch —anunció con neutralidad—. El propósito de esta instancia es intentar una conciliación entre las partes, a fin de evitar la apertura de juicio. Tiene la palabra el abogado de la demandante.
Elías asintió con una leve inclinación y se puso de pie.
—Su señoría —comenzó—, mi representada, la señora Ámbar Schubert, comparece ante este tribunal con el único propósito de reclamar lo q