Él también quiere.
Exhaló un suspiro cuando todo quedó limpio y reluciente. No le molestó ponerse a limpiar el desastre que había hecho Lucía, sobre todo porque lo hizo escuchando las risitas e incoherencias de esta. Era un poco mucho más hilarante y Logan, de alguna manera, estaba disfrutando de la situación, en el buen sentido, por supuesto.
—Oye, lo siento. No quise, ya sabes, hacer un desastre. —Logan asintió, mirándola risueño—. Creo que es la primera vez que me dejo llevar por el vino. Era un vino muy delicioso y consideré que si no lo bebía, sería un desperdicio. ¿Me perdonas por haber vomitado en este reluciente piso de madera pulida, Logan? Prometo que no lo volveré a hacer. Te doy mi palabra de girl scout¹.
Logan dibujó una fina línea con los labios, todo para no echarse a reír del intento de saludo de Lucía.
—No hay nada que perdonar, Lucía —profesó, sonando lo más sosegado posible—. Vamos, te ayudaré a llegar a la habitación. —Dio un paso hacia ella, con toda la intención de rodearla con un