Logan-idiota-Parisi.
Como buen mejor amigo, Logan acercó a Adrien hasta un restaurante, donde lo esperaba una hermosa chica.
—Buenas tardes, señor Parisi —saludó ella, sin mirarlo realmente.
—Hola, Fiorella… —profesó, esbozando una sonrisa que la chica ni siquiera vio.
Ella solo tenía ojos para su mejor amigo. Logan no la culpaba. Adrien era un tipo que llamaba la atención, no solo porque (y Logan no tenía ningún problema en reconocerlo) era guapo, sino porque destilaba carisma y confianza. Era ese tipo de hombres de los que quedaban muy pocos, que no temían andar con el corazón en la mano, y Logan había aprendido mucho de Adrien en todo este tiempo.
En cuanto a Fiorella, bueno, Logan la conocía desde hacía casi ocho años. Ella laboraba como administrativa y asistente personal en Atlantic Metal, para uno de los ejecutivos de la Junta Directiva. Fue en una de las visitas sorpresas de Adrien a su empresa que conoció por simple casualidad a Fiorella y tuvieron química desde ese entonces, también hubo chispas