Estoy enamorado de ti.
Lucía quería reír, pero optó por mantener el rostro serio y responder…
—Para nada. Solo confirmé lo que has dicho de este sitio —acotó, agarrando la copa con vino. Bebió un sorbo—. El mejor sushi de la ciudad y muy buena atención. Buen vino.
—¿Ah, sí? —Lucía asintió—. Con que muy buena atención, eh. Bien, ¿qué dices de ir a mi departamento y ser atendida por un excelente anfitrión, mejor que cualquiera de estos camareros fornidos, quien podría sorprenderte con un exquisito postre?
—CEO Parisi Logan, capté cierto tono de desdén cuando comentó sobre estos chicos que solo están cumpliendo con su trabajo de atender y regalar buenas vistas a mujeres como yo que vienen aquí para comer un buen sushi. —Lucía, en serio, estaba haciendo lo posible para no reír al ver la mirada en blanco y la cara de póker de Logan—. Eso no está bien, señor.
—Te puedo demostrar muchas cosas que pueden estar mucho mejor que todo esto —espetó Logan, haciendo un gesto con una mano en torno al restaurante y los cama