Un café y nada más.
Había sido un viaje de los más aburrido y tedioso, sobre todo porque no veía la hora de poder sentirse liberado y retomar su vida donde la dejó casi nueve meses atrás. Tal vez podría salir por ahí, ir a algún bar o discoteca. O bien podría llamar a una de sus amigas y pasar un momento agradable. No sonaba tan mal, además, ya no tenía esa “obligación” de comportarse bien. El trato caducó y ahora solo debía buscar la manera de decirle a su madre que la relación con Lucía no funcionó, pero tenía tiempo de sobra para pensar en algo. Por el momento, todo lo que quería hacer era llegar a su departamento, ducharse y salir a despejar su mente como bien se lo merecía. Así que posterior a bajar la maleta y dejar a Lucía en la puerta de su casa, diciéndole que recibiría una buena recompensa por todo lo que hizo, se dispuso a irse. No tenía nada que…
—Aguarda, Logan… —Frunció el ceño, deteniendo los pasos—. Quieres… ¿quieres pasar a beber un café?
No esperaba tal invitación, de hecho, estaba segu